martes, 16 de noviembre de 2010

APRENDIENDO DEL RELAMPAGO

APRENDIENDO DEL RELAMPAGO
Poco a poco, detectores de relámpagos ubicados en el espacio revelan lo que ocurre dentro de las tormentas más potentes. Los científicos esperan usar estas técnicas para predecir peligros climáticos.
17 de noviembre, 2010 -- Para la mayoría de las personas que observan una tormenta, los destellos de los relámpagos son sólo líneas de luz blanca quemando la noche, anunciando el chasquido y el retumbar del trueno. Pero estos brillantes destellos de luz -- descargas eléctricas entre las regiones positivas y negativas de las nubes -- iluminan también nuestro conocimiento acerca de lo que ocurre en la atmósfera y nos dan información sobre las tormentas, información que puede ayudar a mejorar las medidas de emergencia, salvando vidas y bienes.
Para recolectar esta información, la NASA utiliza una flota de sensores ubicados a nivel del suelo, en aviones y en órbita alrededor de la Tierra. Estos sensores detectan los ralámpagos y tipifican el comportamiento eléctrico de las tormentas, -- todo ello con el objectivo de lograr avances en la climatología y en las "pronto-predicciones."
Derecha: Espectacular fotografía de relámpagos descargándose cerca del Observatorio Nacional de Kitt Peak en Tucson, Arizona. Imagen cortesía de Adam Block del Observatorio Nacional Optico de Astronomía.
Las predicciones más precisas y oportunas ó "pronto-predicciones," ayudarán a la gente a evaluar las medidas de evacuación, a las autoridades de aviación a trazar rutas y operaciones de reabastecimiento de combustible, además de que permitirán un mejor monitoreo de las tormentas, previniendo la interrupción de sistemas y minimizando los riesgos en los lanzamientos espaciales de la NASA. Otro beneficio potencial es la obtención de algoritmos que permitan predecir el riesgo de incendios forestales.
Las observaciones realizadas desde el suelo demoran unos cinco minutos en analizar una tormenta y realizar un informe de sus propiedades. Pero, dice Boccippio, "en esos cinco minutos la tormenta ha evolucionado mucho." Las observaciones desde satélites infrarrojos -- de los que obtenemos esos famosos mapas de rastreo de huracanes que llenaron los informes del tiempo el último verano y otoño -- pueden demorar entre 20 y 30 minutos en repasar el "disco" de la Tierra visible al satélite. Como dice Boccippio, y en lo que muchas víctimas de las tormentas probablemente están de acuerdo, es en que "eso tiene un precio." Actualizar el promedio de relámpagos a intervalos de un minuto, colaborará a los esfuerzos de las "pronto-predicciones," según Boccippio.
Con este objetivo, la meta de los investigadores dirigidos por el Dr. Hugh Christian, de NASA y el Centro Global de Clima e Hidrología (GHCC en inglés) de Huntsville, Alabama, es colocar un sensor de relámpagos en órbita geosincrónica (geoestacionaria), de modo que los científicos puedan monitorear las tormentas durante todos sus ciclos de desarrollo. Este sensor, llamado Sensor Mapeador de Relámpagos (LMS en inglés), "básicamente, girará con la Tierra," dándole una visión constante de las tormentas, dice Boccippio.
"El objetivo final de esta tecnología," dice Boccippio, "es mejorar los pronósticos en tiempo real. ... Son estas actualizaciones rápidas las que tienen entusiasmados a los meteorólogos."
Medir los relámpagos desde el espacio es relativamente simple y económico. Los satélites deben tener una óptica fina, pero como dice Boccippio son "escencialmente, cámaras de vídeo digitales glorificadas."
Una de sus propiedades únicas es la habilidad de detectar relámpagos durante el día, cuando el ojo humano no los percibe. Además, debido a la naturaleza de "evento impulsivo," del relámpago, la información es pequeña en tamaño. Se asegura que la información será fácil de manejar y de distribuir entre los usuarios.

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